martes, 9 de octubre de 2007

LANZAROTE: " A roca y fuego" (febrero 06)

Lanzarote apareció en mi mente como posible destino casi por casualidad, como una especie de salvavidas. Cuando todas las opciones que barajábamos se fueron, una por una, viniendo abajo, la isla se materializó ante nosotras. A veces el destino te reserva ese tipo de sorpresas, a veces la vida te encamina hacia lo que tienes que hacer, que conocer... y aquel mes de febrero, nosotras teniamos que conocer Lanzarote... Es ahora, tiempo después cuando entiendo por qué... Lo que un viaje te enseña, te aporta, te crece...es algo que sólo ves con claridad con tiempo y distancia. Lanzarote es el sueño hecho realidad de un genio, de un visionario, del hombre que fue capaz de reinventar el arte de la nada, de aquel que conjugó a la perfección fuego y roca, agua y viento...de César Manrique. Su espíritu late en el corazón de la isla, allí, bien dentro, en el interior del volcán que, por fuerza, tenía que ser su alma. César está presente en cada rincón, en cada espacio, en cada burbuja de lava... El vió lo hermoso de la oscuridad, lo hermoso de las sombras y lo blanqueó, y lo trajo a la luz, y lo hizo arte... Su casa, en Tahiche, es casi un viaje iniciático por lo profundo del ser humano, por grutas de lava blanquedas que te guían hasta un hermoso salón o un sorprendente jardín... En los Jameos del Agua, los cuatro elementos vuelven a asociarse para servir al genio, al maestro, al hijo predilecto del fuego...







Pero Lanzarote es aún mucho más...es la pequeñez y la insignificancia del hombre en el Parque Nacional del Timanfaya, donde el silencio, la roca y la arena pesan en el corazón más que en ninguna parte...es curioso como la naturaleza crea y destruye, y como de la más tremenda destrucción puede nacer algo tan hermoso... El ciclo de la vida está presente en las Montañas de Fuego y tú... tú eres sólo un granito de arena más...


Hablar de esta isla es hablar también de fe...de la fe que tiene el mar, que cada día se acerca al lugar donde él mismo detuvo a la lava y nos deja formas caprichosas y regalos de la nada como en los Hervideros, o colores alquímicos y sorprendentes como sucede en el Golfo, con el Lago de los Ciclos verde, el azul del mar y el rojo y negro de la arena.




Rojo y negro... si Stendhal me lo permite voy a robarle el título de su obra por unos instantes... porque si tuviera que pintar Lanzarote en un papel... serían estos dos colores los que más utilizaría...con el azul del mar, del cielo que se vuelven rojizo cada atardecer en el Mirador del Rio, o en Famara, o en las Playas de Papagayo...
No entiendo como Omar Shariff pudo jugarse a las cartas su casa de Nazaré, cerca de Teguise... a un paso de la antigua capital de la isla se encuentra esta otra joyita de César, caprichosa, retorciéndose entre la montaña y la lva, inconformista, plena...y a cinco minutos, Teguise, permitiéndote por unas horas trasladarte a otro tiempo, pasear por sus callejuelas, por sus plazas, perderte en el mercado, o disfrutar de un café mientras ves, simplemente, pasar las horas...




LOS CINCO IMPERDIBLES...



* Un atardecer en los hervideros.

* El Golfo y el Lago de los Ciclos
*Un domingo de mercadillo en Teguise

* Pescado y mojo picón en Orzola

* Visitar las montañas de fuego.



























1 comentario:

Brigantia dijo...

Por fin te animaches a levar este proxecto adiante, viaxar e algo q vai contigo collido da man e vindo de ti non podías deixar de compartir a túa forma de ver a Vida en cada viaxe.

Rojo e negro...todas as cidades teñen color...

Luz os teus días princesa